sábado, 25 de octubre de 2014

¿El ruido ambiental afecta a la productividad laboral?

Diversos estudios revelan que sonidos generados por audífonos, volumen alto de pantallas o sonido ambiental; timbres del teléfono y alarmas, así como gritos entre empleados y la estridencia del exterior provocan una pérdida de hasta 33% de la eficiencia.

“El personal pierde la concentración, padece estrés, cae en conflictos o problemas de actitud, incumple sus metas y es vulnerable a enfermedades como hipoacusia sensorial o disminución del nivel de audición, dolor de cabeza y cansancio”, asegura Jonathan Salomón, director general y especialista en audición de Comaudi.

El especialista explica que las personas que trabajan en oficinas están expuestas a ruidos que alcanzan entre 60 y 80 decibeles, cuando éstos no deben rebasar entre 10 y 30 decibeles.

Por ejemplo, apunta, basta con saber que el claxon de un automóvil genera 100 decibeles y el uso de audífonos –para escuchar– suma entre 60 y 70 decibeles.

El problema, apuntó, es que sólo 30% de las empresas son conscientes de tal situación y la mayoría se da cuenta hasta que sus trabajadores se enferman, tienen alguna crisis por enfermedades preexistentes: diabetes, presión arterial, males gastrointestinales o estrés.

6 tipos para mejorar tu rendimiento laboral


Para revertir los daños laborales causados por el ruido y la pérdida de audición, se recomienda a las empresas y empleados:

1. Hacer un análisis del ambiente laboral. Infraestructura de la oficina, distribución del mobiliario y nivel de ruido que prevalece al interior de las áreas de trabajo.

2. Buscar la asesoría. Un despacho inmobiliario, ingenieros o especialistas en el tema te ayudarán a resolver cada uno de los puntos de riesgo auditivo, desde cambios en la distribución del mobiliario o instalación de materiales que absorban el sonido, hasta el reemplazo de alarmas, sistemas de aire acondicionado o equipos de sonido ambiente, que rebasen 30 ó 40 decibeles.

3. Crea manuales de convivencia entre los empleados. El objetivo es reducir los sonidos provocados por gritos, cambio no autorizado de mobiliario, apertura de ventanas, reproducción de música en la computadora y recomendaciones sobre el empleo correcto de audífonos.

4. Promueve un chequeo médico anual a los empleados. Permitirá identificar y evitar riesgos asociados a la pérdida auditiva, enfermedades crónico-degenerativas, estrés, depresión y, por lo tanto, la reducción de incapacidades, rotación de personal y pérdida de la productividad.

5. Crea programas de capacitación, promoción de actividades deportivas, de recreación y dinámicas que mejoren el ambiente en la oficina y la convivencia entre los trabajadores.

6. Acude al médico ante las siguientes alarmas: mala concentración o irritabilidad por ruido, problemas para escuchar a sus compañeros a menos de un metro de distancia, pérdida de contacto con otras personas por el uso de audífonos o equipos de música ambiental, aislamiento y necesidad de ver la cara a otras personas para entender lo que te dicen o hablan.

Jonatan Salomón, indica que 80% de los mexicanos, de 28 a 50 años de edad, ubicados en la Población Económicamente Activa (PEA), sufren algún tipo de pérdida auditiva que afecta su eficiencia laboral y el desarrollo personal. Y tú, ¿cómo cuidas tu salud auditiva y mejoras tu productividad laboral?

jueves, 16 de octubre de 2014

Ruido ambiental desde el punto de vista físico. Última parte.

Las encuestas y estudio psico-sociológicos realizadas en los países de la C.E.E. han permitido 
establecer las reacciones de la población frente al ruido y cuantificar las molestias soportadas. 

En España no se dispone en la actualidad de un estudio fiable en este campo. Como resultado
de estos estudios aparece que entre los indicadores más utilizados, el LAeq extendido a
períodos largos de tiempo es el indicador más pertinente y el mejor correlacionado con las
respuestas de la población al ruido originado por el tráfico de carretera. El LAeq permite evaluar
bien la molestia de la población en general, pero sin embargo no explica bien las grandes
variaciones existentes en las respuestas individuales. Estas molestias individuales están
ligadas a factores sociales y culturales difíciles de evaluar. Se relacionan con fenómenos como
la valoración individual del descanso, el rechazo a ciertos tipos de ruido, las expectativas de
calidad de vida, etc.

 Estas circunstancias no invalidan la utilización del LAeq como indicador universal de ruido, pero
si ponen de manifiesto la necesidad en algunos casos de completar la evaluación con otro tipo
de índices sectoriales.

Hasta la actualidad, el indicador comúnmente utilizado en España es el nivel sonoro continuo
equivalente LAeq referido a un periodo diurno y a un periodo nocturno. La determinación de los
periodos nocturnos varía según los municipios y el sector regulado. En cuanto a los límites
máximos que se determinan para cada indicador, existe un denominador común en casi todos
los casos, consistente en establecer distintos criterios en función de los usos del suelo. De un
modo general se establecen límites más restrictivos para usos docentes y hospitalarios, que
para uso residencial en general. Existen límites más altos para uso industrial que para uso
residencial, y así sucesivamente.

El uso del LAeq como indicador de las molestias de ruido generado en el entorno de los
aeropuertos se está generalizando en todos los países desarrollados. Esta tendencia tiene su
origen en el proceso integrador de control del ruido existente en la actualidad, en el que se
consideran de forma conjunta todas las posibles fuentes de ruido. Dado que existe desde hace
algunos años una gran unanimidad en cuanto al uso del LAeq como indicador del ruido en los
campos de exposición ocupacional, ruido de los transportes terrestres, ruido en ambientes
exteriores, etc., su utilización para el ruido de los aviones permite establecer comparaciones y
agregar fácilmente los niveles procedentes de distintas fuentes. Esta cualidad del LAeq , debida a su carácter de indicador energético, no la tienen otros índices específicos utilizados
históricamente para la descripción del impacto acústico del tráfico aéreo.

A pesar de las limitaciones, citadas anteriormente, que poseen los índices expresados en
niveles continuos equivalentes, la mayoría de las administraciones europeas tienden a utilizar
el LAeq (o índices derivados de éste) como indicadores universales, debido fundamentalmente a
las siguientes ventajas que ofrecen:

1. Es un índice relativamente sencillo de comprender, en comparación con otros
índices.

2. Es un índice que mide un concepto acústico muy claro: la energía media durante un
determinado periodo de tiempo

3. Es un índice que permite establecer comparaciones y agregar niveles procedentes
de diversas fuentes

4. Es el índice más utilizado en las evaluaciones de impacto ambiental

5. Las directivas europeas y las normas CEN utilizan el LAeq

6. Es un índice que permite considerar diferentes periodos de tiempo para la
evaluación del impacto

7. Es un índice que permite comparar los niveles originados por una determinada
fuente con los niveles de fondo ambientales existentes en una determinada zona

8. Es un índice que se puede obtener directamente de los instrumentos de medida.
Estas son fundamentalmente las razones que han llevado a la adopción del LAeq como
indicador del ruido general en las legislaciones nacionales de algunos países con gran
desarrollo en materia de lucha contra el ruido. 

La distribución temporal: los períodos día, noche y tarde-noche. El Lden

La evaluación de la calidad del medio ambiente sonoro está determinada entre otros factores
por la actividad, e incluso por la actitud, de los receptores del ruido. Un ruido soportable e unas
determinadas circunstancias, no lo es en otras, lo que significa que un indicador de carácter
general (por ejemplo el LAeq diario) difícilmente puede explicar todas las situaciones.

En general en una sociedad urbanizada las actividades humanas están ligadas al espacio y al
tiempo. Por lo que se refiere al espacio, las acciones de control del ruido se pueden realizar
mediante el establecimiento de distintos límites admisibles del valor del LAeq según los usos del
suelo (residencial, industrial, hospitalario, ocio, etc.). Sin embargo, por lo que se refiere a la
distribución temporal del ruido (conviene recordar que el LAeq se refiere a un determinado
período de tiempo), los estudios realizados han demostrado que las reacciones de la población
son muy diferentes según el período del día. En general, el ruido es más tolerado durante el
período de actividad diurna, menos en los períodos de descanso de tarde-noche, y mucho
menos en el período nocturno. Para poder tener en cuenta estas variaciones se utilizan, en vez
de un único indicador, varios indicadores, y se establecen limites admisibles para cada uno
ellos. La mayoría de las reglamentaciones de los países de nuestro entorno utilizan dos
índices: el LAeq (día) y el LAeq (noche).

El primer problema que se plantea es decidir cual es el período de noche y cuál es el período
de día. En el cuadro siguiente observamos como existe una gran diferencia entre los intervalos
de tiempo de referencia utilizados en los países de nuestro entorno en sus normativas de
protección del medio ambiente sonoro (en exteriores).

A pesar de la falta de estudios en profundidad, en los países del sur de Europa el período de
tarde-noche es un período de actividad de características distintas a los del norte y centro de Europa, y en todos los casos se trata de un período critico, en el que las quejas de la población
son muy numerosas. España en concreto representa un caso especial debido a la diferencia de
duración de actividad de este período.

A diferencia de los países del norte, la actividad en la calle se prolonga hasta bien entrada la
noche, lo que unido a costumbres derivadas de condicionantes climatológicos (ventanas de los
edificios abiertas) hace que los períodos de tiempo establecidos en otros países no sean
adecuados para el nuestro.

Para poder tener en cuenta estas diferentes exigencias de calidad ambiental sonora en función
de los diferentes periodos de actividad se pueden utilizar índices integrados sobre 24 horas.

- Nivel sonoro día-tarde-noche

Ldia= nivel sonoro medio a largo plazo ponderado a definitivo en la norma ISO 1996 2:
1987, determinado a lo largo de todos los periodos diurnos del año.

Ltarde= nivel sonoro medio a largo plazo ponderado a definitivo en la norma ISO 1996 2:
1987, determinado a lo largo de todos los periodos vespertinos del año.

Lnoche t= nivel sonoro medio a largo plazo ponderado a definitivo en la norma ISO 1996 2:
1987, determinado a lo largo de todos los periodos nocturnos de un año.

En principio, el día dura 12 horas, la tarde 4 horas y la noche, 8 horas. Siguiendo las
recomendaciones de la normativa común europea, los periodos de tiempo básicos
para la evaluación y control del ruido ambiental los periodos de referencia son:

diurno desde las 7h a las 19 h., tarde desde las 17h a las 23 h. y nocturno desde las
23h a las 7 h, aunque una gran parte de las ordenanzas municipales en vigor y
normativas autonómicas consideran como periodo diurno desde las 8 h a las 22 h y nocturno de las 22 h a las 8 h

lunes, 6 de octubre de 2014

Ruido ambiental desde el punto de vista físico. Quinta parte.

 Índices básicos 

- Nivel de presión sonora (nivel sonoro). L, SPL

Varía a lo largo del tiempo. Se expresa por LA cuando se mide en decibelios A, que es lo habitual en estudios medioambientales. Para un determinado periodo de tiempo T, se pueden determinar entre otros los valores LAmax , el máximo valor de nivel de presión sonora (SPL) alcanzado durante todo el intervalo de estudio, y LAmin , el mínimo valor. Representan el ruido de mayor y menor intensidad y no aportan información sobre su duración ni sobre la exposición total al ruido.

- Nivel de presión sonora continuo equivalente. LAeq(T) 

Expresa la media de la energía sonora percibida por un individuo en un intervalo de tiempo, es 
decir, representa el nivel de presión que habría sido producido por un ruido constante con la 
misma energía que el ruido realmente percibido, durante el mismo intervalo de tiempo. El nivel 
de presión sonora equivalente debe ir acompañado siempre de la indicación del período de 
tiempo al que se refiere. 

Índices de la serie estadística (niveles percentiles). LN

La variación del nivel de presión sonora en un período de tiempo dado puede registrarse, y 
descomponer el período de medida en intervalos constantes para cada uno de los cuales se 
obtienen sus correspondientes niveles de presión sonora. Si el período es lo suficientemente 
largo, para ciertas fuentes de ruido, la repartición de los niveles sigue una ley normal. 
Se definen los siguientes valores: 

Nivel L1 : nivel alcanzado o sobrepasado durante el 1% del tiempo en el período 
considerado. (Es un valor muy cercano al ruido máximo). 

Nivel L10 : nivel alcanzado o sobrepasado durante el 10% del tiempo. 

Nivel L50 : nivel que se sobrepasa el 50% del tiempo de medición. Es la mediana 
estadística. (Representa el ruido medio) 

Nivel L90 : nivel alcanzado o sobrepasado durante el 90% del tiempo. (A veces suele 
tomarse este valor como el ruido de fondo) 

Nivel LN : nivel alcanzado o sobrepasado durante el N% del tiempo 

Estos índices estadísticos, muy utilizados hasta hace cierto tiempo y empleados todavía en 
algunos países, presentan, sin embargo, algunos inconvenientes de importancia para su 
aplicación al ruido originado por el transporte 

- En la práctica es necesario disponer de un número de muestras importante. En el caso 
del tráfico de carreteras se precisan intensidades superiores a 500 v/h para que sean 
significativos. En el caso del tráfico ferroviario, en general, no son representativos. 

- No informan más que de la probabilidad de alcanzar o sobrepasar un determinado 
nivel, en un lugar concreto, durante un N% del tiempo, y no responden a una 
formulación matemática precisa. 

- Nivel de exposición sonora (SEL) : se define como el nivel de presión sonora de un ruido 
continuo que tiene la misma energía en un segundo que la del ruido real durante el intervalo de 
tiempo T. Se utiliza para clasificar y comparar sucesos de ruido de diferente duración. 

El LAeq (t) como indicador del ruido ambiental

El nivel de presión sonora equivalente LAeq(T) es un índice relativamente complejo que plantea 
algunos problemas de comprensión por parte del público general. No corresponde, tal y como 
se cree a menudo, a una simple media aritmética de los niveles sonoros instantáneos. El LAeq
(T) realiza la suma de la energía acústica recibida durante el intervalo de tiempo. Es frecuente 
comprobar como se habla de niveles de ruido sin indicar si se trata de niveles máximos o 
equivalentes y sin especificar el período de tiempo a que está referido, lo que resulta no 
solamente incorrecto, sino que puede inducir a graves errores a la hora de comparar 
situaciones o sucesos sonoros diferentes. 
Por ejemplo, supongamos que cuando un vehículo ligero pasa por la calle de un centro urbano, 
el Lmax alcanzado al paso del vehículo durante un segundo a una cierta distancia del mismo es 
de 80 dB(A). Si no existe ningún otro ruido durante una hora en esa calle, el LAeq (1 hora) será 
de aproximadamente 45 dB(A). Si en vez de pasar una sola vez durante la hora de estudio, el 
vehículo pasara dos veces, el Lmax alcanzado seguiría siendo 80 dB(A), mientras que el LAeq (1 
hora) será 48 dB(A). Si fueran 10 veces las que pasara el vehículo el Lmax continuaría siendo 
80 dB(A), y el LAeq habría aumentado hasta 55 dB(A). Como se puede apreciar en este ejemplo 
el Lmax no tiene en cuenta ni el número de veces en que el ruido alcanza ese valor ni el tiempo 
durante el cual ese valor es alcanzado. Por contra, el Leq tiene en cuenta el conjunto de los 
ruidos soportados durante un cierto período de tiempo, y además tiene en cuenta a la vez el 
nivel de ruido y duración. 

jueves, 2 de octubre de 2014

Ruido ambiental desde el punto de vista físico. Cuarta parte

REFLEXIÓN 
La presión sonora en un punto es debida no sólo a la radiación directa de la fuente, sino
también al sonido indirecto procedente de todas las reflexiones que se producen. Si la energía
reflejada es alta, estamos ante una superficie reflectante, acústicamente dura, que se comporta
de un modo similar a los espejos con la luz.
Para los estudios y cálculos de las reflexiones suele utilizarse la teoría geométrica basada en la
propagación del sonido en línea recta. De ahí el concepto utilizado de rayo sonoro por analogía
con el rayo luminoso. Dependiendo de las características del obstáculo donde se produce la
reflexión, el rayo sonoro puede reflejarse en una sola dirección o en varias direcciones, con lo
que el estudio de su comportamiento se hará más complejo. 

ABSORCIÓN
Cuando una onda sonora incide sobre una superficie, una pequeña parte de la energía se
disipa absorbida por la misma. La absorción de la superficie es una función que depende de
bastantes parámetros tales como rugosidad, porosidad, flexibilidad, y, en algunos casos, sus
propiedades resonantes.
La eficacia de una superficie o material absorbente se expresa como un número entre 0 y 1,
llamado coeficiente de absorción, α, de manera que 0 representa la no absorción, es decir,
reflexión perfecta y 1 corresponde a la absorción perfecta.
El coeficiente de absorción es una función que varía con la frecuencia de la onda sonora por lo
que es necesario conocer el espectro de ruido para juzgar el efecto que producirá el material
absorbente sobre el ruido.

AISLAMIENTO (Transmisión) 
Los obstáculos que encuentra una onda sonora en su propagación actúan como "barreras"
ante el sonido. La capacidad que presenta un material o un obstáculo para oponerse al paso de
la energía sonora a través del mismo (transmisión) se conoce como aislamiento. El mayor o
menor aislamiento depende fundamentalmente del espesor y la masa superficial del obstáculo.
La pérdida por transmisión (TL) es la relación entre la energía sonora incidente y la energía
sonora transmitida y se expresa en decibelios

DIFRACCIÓN 
Cuando una onda sonora encuentra un obstáculo que es pequeño en relación con la longitud
de onda λ, el frente de onda en los bordes del mismo cambia de dirección. Este fenómeno se
denomina difracción, y tiene como consecuencia que la denominada zona de sombra acústica
(zona protegida situada detrás de un obstáculo) es considerablemente menor que la zona de
sombra visual.








 El efecto "suelo"
Se denomina "efecto de suelo" o “efecto suelo” a las alteraciones producidas en la propagación
de un sonido por la presencia de un determinado tipo de suelo.
 Por una parte, el suelo actúa como un obstáculo sólido, reflejando una fracción de la energía
acústica y absorbiendo el resto. Por otra parte, existen en las proximidades del suelo (sus
efectos pueden sentirse hasta una altura de 10 metros) gradientes de temperatura y humedad,
variables a lo largo del tiempo, movimientos de tierra, vegetación, y diversos obstáculos
naturales que ralentizan la propagación del sonido, y provocan una absorción difícilmente
evaluable.
Esta situación hace que la ley de atenuación de los niveles sonoros con la distancia se vea
modificada por el efecto de suelo. A falta de modelos precisos, existen curvas experimentales
para la evaluación de éste en función de la distancia a la fuente y el tipo de suelo. 

 INDICES PARA LA EVALUACIÓN DEL RUIDO AMBIENTAL 

 Las molestias debidas al ruido 

El estudio del origen y propagación del sonido permite determinar las características principales
del ruido, entendido éste como un sonido no deseado. Sin embargo, el carácter de molestia
intrínseco a la definición de ruido, añade un componente de carácter no acústico, que necesita
de la contribución de la fisiología, la psicología, la sociología y otras disciplinas para ser
correctamente interpretado. Desde un punto de vista medioambiental, el estudio y control del
ruido tienen sentido en cuanto a su utilidad para alcanzar una determinada protección de la
calidad del ambiente sonoro. Los sonidos son analizados para conocer los niveles de inmisión
en determinadas áreas y situaciones, y conocer el grado de molestia sobre la población.
Existen situaciones en las que estas molestias son evidentes, ya que la exposición al ruido
puede provocar daños físicos evaluables. Sin embargo, en gran parte de los casos, el riesgo
para la salud no es tan fácil de cuantificar, interviniendo factores psicológicos y sociales que
suelen ser analizados desde un punto de vista estadístico.
El grado de molestia tiene un componente subjetivo que introduce una considerable
complejidad en el intento de establecer los criterios de calidad del ambiente sonoro. Conviene
recordar aquí que el concepto de subjetividad no está reñido con un análisis científico de los
problemas, y existirán indicadores de ruido que estén mejor o peor correlacionados con el
grado de molestia.

Para poder abordar el problema del ruido, es necesario, por lo tanto, el establecimiento de un
indicador que “explique” adecuadamente este grado de molestia. Entre el gran número de
parámetros e índices desarrollados en el campo de la acústica para el estudio de los sonidos
es preciso seleccionar un indicador de molestias (a ser posible un índice numérico) que sirva
de base para la evaluación del impacto y para el establecimiento de valores límite de inmisión
que garanticen una determinada calidad del ambiente sonoro. Por otra parte, para ser
operativo, este índice debe ser fácil de obtener y de interpretar.
Las molestias debidas al ruido dependen de numerosos factores. El índice que se seleccione
debe ser capaz de contemplar las variaciones o diferentes situaciones de los siguientes
aspectos, entre otros:

a) La energía sonora: Las molestias que produce un sonido están directamente
relacionadas con la energía del mismo. A mas energía (sonido más fuerte) más
molestia. El índice básico relacionado con la energía sonora es el nivel de presión
sonora.

b) Tiempo de exposición: Para un mismo nivel de ruido, la molestia depende del
tiempo al que un determinado sujeto está expuesto a ese ruido. Podemos estar
contemplando periodos de segundos, minutos, horas o incluso una vida laboral
entera. En general, un mayor tiempo de exposición supone un mayor grado de
molestia.

c) Características del sonido: Para un mismo nivel de ruido y un mismo tiempo de
exposición, la molestia depende de las características del sonido: espectro de
frecuencias, ritmo, etc. La música es un sonido que en general resulta agradable

d) El receptor: No todas las personas consideran el mismo grado de molestia para el
mismo ruido. Dependiendo de factores físicos, distintas sensibilidades auditivas, y
en mayor medida de factores culturales, lo que para uno son ruidos muy molestos,
para otros pueden no serlo. Los factores culturales están relacionados con la
experiencia vital del sujeto y sus expectativas. Distintas sociedades reaccionan de
manera diferente frente a sonidos más o menos “familiares”. En las culturas
occidentales, las mayores diferencias se encuentran entre los habitantes de los
pequeños núcleos rurales y los de las grandes ciudades. Dentro de un mismo
sector de población, el factor edad parece ser también significativo.

 e) La actividad del receptor: Para un mismo sonido, dependiendo de la actividad del
receptor, éste puede ser considerado como un ruido o no. El caso más evidente es
el de los periodos de descanso. Un sonido que puede ser considerado como
agradable (un concierto de música) se convierte en un ruido molesto si el receptor
pretende dormir. Sonidos que durante la actividad laboral pasan desapercibidos, se
convierten en ruidos perfectamente reconocibles en periodos de descanso.
Algunas actividades o estados requieren ambientes sonoros más silenciosos
(lectura, enfermedades, conversaciones, etc.), percibiéndose como ruido cualquier
sonido que no esté relacionado con la actividad.

f) Las expectativas y la calidad de vida: Dentro de este epígrafe se engloban aquellos
aspectos subjetivos, difíciles de evaluar, que están relacionados con la calidad de
vida de las personas. Para ciertos grupos de personas, las exigencias de calidad
ambiental para el tiempo y los espacios dedicados al ocio son muy superiores a las
de otras situaciones. El caso más frecuente es el de las viviendas de segunda
residencia, en las que los ruidos se perciben en general como mucho más
molestos que en la vivienda principal, debido a las expectativas de descanso
depositadas en la segunda residencia. También sucede habitualmente que en
entornos de una gran calidad ambiental, se aceptan peor los ruidos que en
entornos medioambientalmente degradados.